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  • Foto del escritorAngela Larrubia

Identifica tu rumiación... y actúa para pararla

Aunque no sepas que es la rumiación, seguro que la has sufrido. Unas pistas para identificarla y combatirla.



Hola muy buenas,


Vivimos una época complicada. Muy complicada diría yo. El estrés, el agobio, nos lleva a muchos a rumiar, a recalentarnos en nuestros pensamientos una y otra vez. Me he acordado de una pequeña historia, para ilustrar que es la rumiación.


Una pareja está descansando y uno de ellos piensa: "Estamos aquí juntos y no me dice nada. ¿Estará enfadado? Quizás no le ha gustado el restaurante que le sugerí para comer. No sé por qué no me dice nada, tampoco es para tanto. ¡Espera! Tenemos que ir a ver a mis padres... seguro que no le apetece nada y por eso está enfadado. Mmmm, no, creo que no le gustó lo que le dije esta mañana sobre su ropa. Así no podemos estar. Definitivamente tenemos que hablar más y ser sinceros el uno con el otro..."

La rumiación se produce cuando nos "recalentamos" una y otra vez en los mismos pensamientos obsesivos.

La rumiación se produce cuando una persona, quizás ya estresada, no hace más que repetirse y concentrarse una y otra vez en los mismos pensamientos obsesivos y negativos. Miedos, en los que, al pensar de manera repetitiva, acentuamos y magnificamos. Ese es el problema. Se entra en un círculo vicioso, en un patrón automatizado, del que es difícil salir y donde el estrés o la ansiedad o incluso la depresión se pueden ver exacerbados.


Todos pasamos con frecuencia por estas situaciones, pero algunos lo hacen mucho más que otros, y les cuesta mucho salir. No es para tomarlo a broma.

¿Cómo pararla? Con actividad, con un plan de acción, compartiendo el problema...

¿Consejos? Hay varias opciones. Por ejemplo, hacer ejercicio físico: uno se concentra y libera endorfinas al tiempo que piensa en otra cosa. O más sencillo: caminar. O elaborar un plan de acción, con objetivos, plazos y recursos, ante ese problema que te viene una y otra vez. También ayuda compartir tu problema (“un problema compartido es medio problema”). También practicar mindfulness.


Acabamos la historia de la pareja de manera amable. Ante la rumiación de uno de ellos, el otro piensa… "¿Cómo es que las moscas pueden andar por el techo?"


¡¡Seguimos hablando!!


Angela Larrubia Ansón - Mindfulness Vida y Salud

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