top of page
  • Foto del escritorAngela Larrubia

¿Trabajas en modo "YO-ME-MI-CONMIGO"? Small Mind vs Big Mind.

La vida rápida que llevamos nos lleva a funcionar de forma cortoplacista, automática e individualista, centrado en el YO. Piensa si quieres pasar a modo "big mind".



Hola de nuevo a todos,


Hoy me gustaría hablar de lo que he dado en llamar “la cultura del del YO-ME-MI-CONMIGO”. Estoy segura que no va a ser difícil explicarla ya que todos la practicamos con la mayor naturalidad. Se trata de esa forma de funcionar basada en una mente estrecha (los americanos le llaman “Small Mind”) pendiente solo de lo que me pasa, de lo que tengo que hacer, de lo quiero, de lo que necesito (o creo que necesito).


Es un funcionamiento cortoplacista, rápido, automático e individualista, falto de perspectiva y centrado en el YO (como fácilmente se puede deducir de su nombre 😊) que toma el control cuando se nos lleva el río, cuando las prisas y el estrés aparecen junto a esa sensación de que no puedo llegar a todo… o sea, casi siempre.

En los tiempos actuales, con prisas y presiones, es muy habitual que estemos funcionando en modo "small mind".

Me gustaría que dedicáramos un momento, ahora que estamos más o menos tranquilos, a reflexionar en cómo afecta esta forma de funcionar en el trabajo, en las relaciones con nuestros compañeros, con nuestro equipo, con clientes y proveedores, a nuestro rol como líderes o gestores de personas, a nuestra responsabilidad como creadores de un caldo de cultivo para el desarrollo profesional y humano de las personas. ¿Cómo lo ves?


Todos nos hemos encontrado en algún momento en esta situación, ¡seguramente muchas más de las que nos gustaría! Son esos momentos en que no puedes ni pararte a saludar por el pasillo, ni preguntar a alguien de tu equipo qué tal va el proyecto o si necesita tu ayuda, porque bastante tienes tú con lo tuyo… Ese momento en que tus compañeros te buscan para bajar a tomar un café, pero estás hasta arriba y casi ni les miras, y solo gruñes cuando te preguntan, y por supuesto, no coges el teléfono a nadie, ni puedes dedicar un rato a algo tan elemental como comer.

En modo "small mind" trabajamos faltos de perspectiva, centrados en el "yo". No miramos a otros, ni hacemos equipo.

Vamos, con eso, ni hablamos de hacer equipo, de cultivar relaciones, de contemplar alternativas, de pensar en el desarrollo de las personas a tu cargo y en el tuyo propio, de compartir para crecer juntos y crear un entorno de trabajo enriquecedor. Y eso que es ahí donde todos pasamos gran parte de nuestra vida. Eso lo dejamos para otro momento, pero si no hacemos algo al respecto… probablemente no llegará nunca☹.


En oposición a este modo YO-ME-MI-CONMIGO (Small Mind), está esa otra opción de “Big Mind” o Mente abierta, espaciosa, consciente, que nos permite pasar de esa forma de ser estrecha, egocéntrica y basada en la aceleración y el miedo, a ser más abiertos, curiosos, conectados y capaces de ayudar a los demás.


Se trata de eliminar ese abismo que existe entre el cumplimiento de objetivos y el cuidado de las personas; de transformar el trabajo cotidiano, rutinario y desmotivador en uno que probablemente siga teniendo algo de rutinario, pero que podemos hacer que tenga más significado, que nos aporte a nosotros y a los compañeros, y ¡que cuente!

Podríamos intentar eliminar el abismo entre el puro cumplimiento de objetivos y la consideración hacia otras personas. Se trata de intentar que el trabajo nos aporte a nosotros y a los demás. Eso es "big mind".

En este nuevo modo podríamos crear relaciones, y ¡más aún! amistades, que sacan lo mejor de cada uno de nosotros y como equipo, que nos harían disfrutar del éxito intensamente, afrontar las dificultades arropados, y quizás trabajar de forma un poco más constructiva y creativa. Nos tomamos ese café, donde unas veces compartimos la película que vimos anoche y otras surgen las mejores soluciones e iniciativas para satisfacer a ese cliente difícil. Compartes preocupaciones del trabajo, sobre el cliente o sobre los objetivos cada vez más exigentes que pone la empresa. O sencillamente descansas un rato.


Es cuestión de pensar que quizás el tomar ese café con el equipo es otra forma de trabajar. Construir equipo, demostrar cercanía, compartir, estar cerca de los compañeros, descansar unos minutos… favorece nuestro trabajo, y lo qué es importante, también ayuda a los demás. No pienses que estás perdiendo el tiempo… al contrario, lo está invirtiendo en dónde más importa. No te quepa duda.

Trabajar no es solo ejecutar. También es construir equipo, compartir, estar cerca de los compañeros. No pierdes el tiempo: es una inversión que merece la pena.

Este modo, por supuesto, abarca la individualidad, pero también la suma y la unidad: cada uno tenemos nuestro papel, nuestras fortalezas y debilidades y, sin embargo, todos formamos un equipo, sumando y apoyándonos unos a otros.


Paradójicamente, Los momentos que con más intensidad y cariño recuerdo de mi vida profesional son precisamente aquellos en los que tuvimos graves dificultades en los proyectos, pero que superamos gracias al equipo que formábamos, a cómo nos arropábamos unos a otros, a cómo nos ayudábamos y, todos juntos, cada uno en su papel, salíamos adelante. Seguro que a ti te pasa lo mismo.


Sé que suena a un mundo ideal y utópico, algo incompatible con nuestro entorno laboral y social, pero todo el mundo dice que estamos en un momento crucial ¿no? Creo que la salida de esta crisis mundial debe marcar un antes y un después, que no podemos desaprovechar la oportunidad de hacer un cambio, pequeño o grande, cada uno como pueda y hasta donde pueda, pero UN CAMBIO.

Paradojicamente, los momentos difíciles en el trabajo son los que recuerdo con más cariño... gracias al sentimiento de equipo que todos los compañeros teniamos.

Hasta los cambios más pequeños se notan. Seguro. Soy una firme creyente de que el efecto mariposa funciona… ¿Por qué no pruebas mañana con algo muy elemental? Una palabra de ánimo, una sonrisa, una pregunta, un momento de escucha real. Sencillamente, tomar con los compañeros ese café que antes comentaba (presencial o virtual).


Ante lo que parece una utopía podemos al menos comenzar con la INTENCIÓN. La intención de cultivar una perspectiva más amplia e inclusiva, aspirando a soltar la preocupación por uno mismo y expandir nuestra estrecha experiencia personal, para adoptar una conciencia más universal y menos dualista, en que el yo, el tú e incluso el nosotros pueden convivir.

El modo "big mind" se puede conseguir. Hay que tener intención en poder cambiar. Empieza, y prueba con algo sencillo: una palabra de ánimo, una sonrisa.

…Y esto se conoce como el cambio de Small Mind a Big Mind que cultivamos también con la práctica de Mindfulness. ¿Lo intentamos?


Un abrazo y ¡Seguimos hablando!


Angela Larrubia Ansón - Mindfulness Vida y Salud

¡Únete al Blog y recibe nuestras noticias!

¡Gracias por unirte!

bottom of page