top of page
  • Foto del escritorAngela Larrubia

Watson, usted conoce mis métodos: apliquelos.

¿Sabías que Sherlock Holmes puede ayudarnos a entender mejor qué es Mindfulness?


¿Sabéis de quién es esta frase? Seguro que sí. De nuestro querido detective Sherlock Holmes. Uno de los personajes de ficción más populares de todos los tiempos y, en mi opinión, posiblemente el mejor detective de la literatura (seguido quizás de Hércules Poirot o Auguste Dupin, entre otros). Para crear el personaje, Arthur Conan Doyle se inspiró en su profesor de la Universidad de Edimburgo James Bell. Y el propio Conan Doyle utilizó los métodos de Holmes con éxito en algún caso criminal real.


¿Y cuáles son esos métodos de Holmes? Podemos examinarlos a través de algunas de las frases de sus novelas y relatos. Y creo que podemos ver cómo algunos de esos métodos tienen ciertas concordancias con la práctica del mindfulness por lo que utilizaré este símil para entender un poco mejor esto del mindfulness o atención plena, ¡vamos a ello!


Atención y observación activa y consciente. Este es el más importante de los métodos de Holmes. El mejor ejemplo de todos, lo tenemos en “Escándalo en Bohemia”, cuando Holmes le enseña a Watson la diferencia entre “ver” y “observar”:

‘Watson, ¿cuántas veces ha subido los escalones de nuestra entrada’

‘Cientos de veces’

‘Y, ¿cuántos escalones hay?’

‘No lo sé’

‘¿Lo ve? No se ha fijado. A eso me refería.’

'Watson, usted ha subido cientos de veces los escalones de nuestra casa, pero no sabe cuantos hay. Eso es la diferencia entre ver y observar.'

Importante señalar que nuestra recepción, nuestra entrada de información, ha de ser activa, no pasiva. En términos mindfulness y parafraseando a Jon Kabat-Zinn “atención DELIBERADA al momento presente…”. Hemos de observar, entender lo que observamos y después seleccionar lo importante. Así lo hace Holmes. Y estar motivados para ello, la motivación es fundamental. Volviendo de nuevo a conceptos mindfulness: “atención con intención”.


Me gusta especialmente el diálogo entre el inspector Gregory y Holmes en “Estrella de Plata”:

‘Sr. Holmes, ¿hay algo sobre lo que quisiera llamar mi atención en este caso?’

‘El curioso incidente del perro aquella noche.’

‘Pero Sr. Holmes, el perro no hizo nada aquella noche.’

‘Ese es precisamente el curioso incidente.’


No juzgar-prejuzgar. Muy ligado con el punto anterior. ¿A que muchas veces sacamos conclusiones antes de tiempo? Con frecuencia aplicamos nuestros juicios-prejuicios, opiniones, creencias… ante determinadas situaciones, cuando en realidad no las conocemos.

Nuestro querido Dr. Watson nos da muchos ejemplos de actuación en modo "piloto automático", pronto a juzgar, pero sin fundamento.

Nuestro querido Dr. Watson aquí nos da muchos ejemplos de lo que no debemos hacer. Cuando se presenta un caso, incluso desde la escena del crimen, Watson es rápido en sus teorías y conclusiones, intuitivo, reactivo, casi actuando en modo “piloto automático”. Pronto a juzgar y opinar… y quizás por ello no siempre acierta (incluso diría que pocas veces 😊). Así Holmes, o mejor dicho Watson en este caso, nos acerca de nuevo a Jon Kabat-Zinn y vamos completando la definición académica de Mindfulness como “atención deliberada al momento presente, SIN JUICIOS…”.


En este momento también viene al caso introducir los conceptos mindfulness de ‘reaccionar vs responder’. Me explico: reaccionar es esa forma en la que solemos funcionar, donde la mente está predispuesta a recibir y procesar lo que le llega ‘como siempre’ y también a reaccionar de forma muy similar a otras ocasiones, diría que incluso casi automáticamente. ¿Por qué?: porque ya hemos construido nuestra mente con años de experiencia y vivencias y hemos adoptado ciertas pautas de comportamiento y actuación con las que seguimos (más o menos) funcionado incluso ante situaciones que nos parecen similares o completamente nuevas.


De hecho, es más sencillo continuar actuando conforme a esas pautas o patrones aprendidos, y en ocasiones es incluso conveniente ya que requiere menos esfuerzo y puede ayudarnos a ser más eficaces en cuestiones rutinarias y elementales. Sin embargo, corremos el riesgo de encasillarnos y crear patrones de conducta rígidos, prejuicios y opiniones inamovibles que no dan espacio a la mejora, la innovación, que no nos permiten crecer y avanzar. Eso es lo que le pasa al buen Dr. Watson.

Tenemos que ver la diferencia entre "reaccionar" y "responder".

Desde luego no es sencillo cambiar la manera en que vemos el mundo, abrirnos a descubrir, flexibilizarnos… pero no es imposible, podemos intentar “recablear” nuestro cerebro para conseguirlo. En eso precisamente incide la práctica de mindfulness.


Y aquí tenemos el ejemplo que Holmes nos puede dar. En “Las cinco semillas de naranja”, donde nos dice: ‘Uno debe amueblar el pequeño ático de su cerebro con todo lo que es probable que vaya a utilizar, y el resto puede dejarlo guardado en el desván de la biblioteca.’


Recopilar información y a partir de ahí obtener conclusiones. Si aplicamos bien los dos primeros “métodos” de Holmes que hemos revisado, en este tercer punto podremos hacerlo realmente bien. De hecho, en este punto Holmes es un auténtico maestro y, él mismo, nos aporta un pensamiento que lo resume muy bien:

‘Es un error capital el teorizar antes de poseer datos. Insensiblemente, uno comienza a deformar los hechos para hacerlos encajar en las teorías en lugar de encajar las teorías en los hechos.

O, dicho de otra forma: debemos basarnos en los hechos tal y como son, en la experiencia real y directa, no en nuestra “versión” de esos hechos, en la forma en que nosotros los vemos (o creemos verlos) y los sentimos... Y para ello debemos aceptarlos tal y como vienen ¡porque ya están aquí!

No adelantemos conclusiones: 'Es un error capital teorizar antes de poseer datos.'

En este sentido tenemos el ejemplo de Holmes. En “El Signo de los Cuatro” Holmes dice: ‘Las cuestiones emocionales son enemigas del razonamiento claro.’


Y con todo esto podríamos seguir completando la definición de mindfulness: “atención deliberada al momento presente, sin juicios, con apertura a la EXPERIENCIA DIRECTA, TAL Y COMO REALMENTE ES, ACEPTANDO LO QUE HAY porque ya está aquí…”. Y sabiendo que aceptación no es resignación, sino que constituye el punto de partida cabal para comenzar a trabajar.


Fomentar la curiosidad, creatividad y la imaginación. ¿Os parece que Holmes es un autómata, o un robot? Según qué versión o película leamos o veamos podría parecer así, pero nada más lejos. Sí, es verdad, busca el hecho, el dato, el análisis desprovisto de aquellas emociones o prejuicios que le pueden influir para acercarse lo más posible a la realidad. Pero no se queda ahí. Si os fijáis, Holmes busca casos que le estimulen, que le interesen, que le llamen la atención. Es su forma de sentirse vivo. No busca gloria ni dinero. Y cuanto más extraño es un caso, más interés tiene por él.


Establece conexiones entre sucesos aparentemente no relacionados, hace conjeturas desapasionadas, abraza el pensamiento no lineal, rompe moldes. Como dice en “El valle del terror”: ‘Visión ancha, mi querido Mr. Mac, es una de las cualidades esenciales de nuestra profesión.’ O también: ‘’Reconozco que es pura imaginación, pero ¡cuántas veces la imaginación es la madre de la verdad!’’

'Visión ancha, es una de las cualidades de nuestra profesión.'

¡Qué hay más necesario que la creatividad y la innovación en este mundo que nos ha tocado vivir!


Humanidad, sentimiento, conexión, compasión. ¿Holmes tiene sentimientos? Tras revisar alguno de los puntos anteriores, en donde vemos un Holmes aparentemente frío, analítico y observador, esta afirmación parece un contrasentido. Incluso Holmes dice:

‘Yo soy un cerebro, Watson. El resto de mí es un simple apéndice.’


Pero no es así. En absoluto. Si Holmes ha calado tanto en los lectores a lo largo de tantos años es precisamente porque ha logrado conectar con todos nosotros. Nos estimula, nos seduce, nos asombra… nos gusta… y le queremos. Esta es la mejor prueba de ello. Y en las novelas, si uno lee atentamente, descubre la cercanía y compasión con muchos personajes. Con la señora Hudson, con los inspectores Gregson y Lestrade (bueno, no siempre 😊). E incluso con villanos y maleantes. Muchas veces, Holmes deja escapar un culpable si considera que la justicia (la no oficial) ha sido satisfecha. Defiende a inocentes por amor al arte. Y, sobre todo, su amistad, lealtad y cariño hacia el Dr. Watson.

Holmes nos seduce, nos gusta, nos asombra: la mejor prueba de su conexión y sentimiento.

No sé si sois aficionados a las novelas de Holmes. Yo me las he leído todas. Y de ahí he sacado estas ideas, que me inspiran un gran paralelismo con muchos de los principios mindfulness, y aunque desde luego, tendríamos que hablar mucho más de todo ello, creo que a efectos didácticos puede servir para entender un poco más esto del mindfulness o atención plena. También recomiendo el magnífico libro “¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?” de la psicóloga Maria Konnikova.


Para terminar, y continuando con el símil de Holmes, pensando en la posible aplicación de estos métodos en la vida real, hay que tener en cuenta que estos métodos o características especiales de la atención son difíciles de cultivar y conseguir en esta vida agitada, llena de distracciones y estímulos de todo tipo que nos ha tocado vivir. Necesitamos entrenar nuestra atención igual que él hacía caso tras caso… practicar mucho… Y seguir practicando después…

Esta práctica continua es otra de las bases fundamentales del mindfulness.


¿Llegaremos a ser como Sherlock Holmes? Mmm… no lo sé. Al menos, podemos intentarlo ¿no? ¡Ya me contaréis!


¡¡Un abrazo y seguimos hablando!!


Angela Larrubia Ansón - Mindfulness Vida y Salud

¡Únete al Blog y recibe nuestras noticias!

¡Gracias por unirte!

bottom of page